La IA automatiza la extracción, clasificación y análisis de datos. Por ejemplo, puede extraer información clave de documentos, como facturas o formularios, y alimentar automáticamente los sistemas correspondientes.
Pueden responder preguntas frecuentes, proporcionar asistencia básica y derivar a un representante humano cuando sea necesario. Esto agiliza la atención al cliente y brinda respuestas rápidas las 24 horas del día.
Mediante el análisis del contenido y el contexto, la IA puede identificar y clasificar los correos electrónicos en categorías relevantes, lo que permite ahorrar tiempo y mejorar la productividad.
Tales como la gestión de calendarios, programación de reuniones, preparación de informes u organización de archivos. Al reducir el trabajo administrativo, es posible concentrarse en actividades más estratégicas.