Esta primera serie de sencillos experimentos nos ayudará a verificar si tu solución le parece interesante a clientes o usuarios reales:
Consiste en crear prototipos de muy baja fidelidad (normalmente con papel y cartón) para validar el potencial de uso de una idea de solución.
Una vez construidos, se entregan a usuarios potenciales durante un periodo de tiempo. Después se les realizan una entrevista para identificar: – Posibles casos de uso. – Características relevantes para la idea de solución.
Consiste en construir un folleto con imágenes e información relevante que expliquen la idea de la solución (producto, servicio o proceso).
Él debe enfocarse en los puntos que consideramos más importante para nuestros clientes de acuerdo a su perfil y a las ideas que hemos generado.
Posteriormente, se presentará a los clientes para recibir observaciones, comentarios y recomendaciones.
Se puede verificar un primer nivel de interés preguntándole a los usuarios si están dispuestos a participar en una etapa más avanzada o a evaluar el producto terminado.
Consiste en mostrar una especie de promocional informativo donde se combinan imágenes, sonido y edición para que se entienda mejor cómo funcionaría la solución (aunque todavía no exista).
Puede realizarse con un grupo focal para asegurar nuestro público objetivo, así como la retroalimentación inmediata o bien, en medios digitales masivos pero con el riesgo de no asegurar lo anterior.