De manera general y sencilla, podemos seguir 7 pasos para poder desarrollarlo:
Para ello, puedes preguntarte cosas como:
¿Qué está sucediendo? ¿Por qué? ¿Qué suposiciones estoy haciendo? A simple vista, ¿cómo creo que podemos solucionar este problema?
Recopila información relacionada con el problema para tener una visión más completa:
Datos y hechos. Estadísticas. Información sobre proyectos anteriores. Comentarios de involucrados y especialistas.
Asegúrate de recopilar información diversa, especialmente datos opuestos a tu opinión personal sobre la naturaleza del problema o sobre cómo resolverlo para cuestionarte y evitar sesgos.
Evalúa la calidad de la evidencia:
Identifica si tiene fuentes confiables. Distingue entre hechos y opiniones. Determina su pertinencia y relevancia respecto a lo que deseas resolver.
¿Estoy haciendo suposiciones sobre esta información? ¿Hay otras variables que no he considerado? ¿He evaluado la información desde todas las perspectivas? ¿Hay algún punto de vista que no he considerado?
Evalúa la calidad de la evidencia:
Usa los datos que has reunido para establecer conexiones entre la causa y el efecto para plantear una conclusión objetiva.
Comunica tu solución y prueba si funciona.
Aplica tu solución y evalúa si fue efectiva o no:
¿Has podido resolver el problema inicial? ¿Qué lecciones puedes aprender de esta experiencia para ser más crítico la próxima vez?